Domingo 30 de abril, hace un frio que te congela hasta los hue..sos.
Esa mañana leí que ese mismo dia, pero a la tarde, iba a presentarse, en la feria del libro, el genial caricaturista Nick.
Asi que ni bien terminé mi almuerzo, (por cierto: más sabroso que nutritivo ) , enrumbé al encuentro de mi modesto ídolo.
Ya en la Feria y cansado de emular a un trompo por las vueltas que daba dentro del laberíntico recinto, decidí acercarme a hacer la cola en el stand designado para las firmas.
El decidirme a ir a "hacer la cola" fue una buena idea, el no preguntar cómo demonios llegar hasta el bendito stand, no lo fue tanto.
Llegué, (como pude) sólo 5 minutos antes de la hora programada para el inicio del acto.
Sin embargo, unas cuantas decenas (y hasta diría, centenas) de niños y niñas, acompañados por sus respectivos padres, madres, tios y abuelos, habian llegado muchísimo más temprano que yo.
No me importaba, lo importante es que ya estaba alli, asi que a intentar pasar del mejor modo la espera.
Luego de varios minutos de inmovilidad, la fila empezó a moverse a los empujones y con celeridad. Pero claro, como no podía ser de otra forma, ésta avanzaba..pero hacia atrás.
Cuando se detuvo me encontraba al doble de distancia que al principio. Como sucedió? a menos que la gente se haya multiplicado espontaneamente y en simultaneo, no tengo ni idea.
No importa, ya estoy aqui, pensé de nuevo.
Mientras esperaban, algunos chicos se distraian leyendo las revistas de Gaturro, que al igual que yo, acababan de comprar. Gaturro es, para quien quiera saberlo, la creación más famosa de Nick. Que cómo es? verán, gaturro vendría a ser la versión argentina de Garfield, con todas las carectísticas que ésta condición le pueda añadir, a las que ya tiene su par yanqui.
El tiempo pasaba y, aunque se podía ver gente saliendo de la fila con la preciada firma en mano, ésta no se movía.
Luego los rumores de que sólo firmaría hasta las 8ymedia, inundaron el ambiente enturbiando los ánimos.
Hasta las 8y30?? pero si sólo faltan 10 minutos?! me decía una señora buscando quien la acompañe en su reclamo. Me dí vuelta y ví que no menos de 150 personas se formaban desordenadas detrás mio.Pobres, alcanzarán? me pregunté sinceramente preocupado, de pronto, reaccioné:Alcanzaré??
9yquince y Nick seguía firmando. Lo que echaba por tierra el rumor de "las 8ymedia".
"Fui y hablé con él", se escuchó decir orgullosa a una señora más adelante.
"dice que va a firmar, hasta donde esté un muchacho con la remera negra de la Editorial", continuó como si nos estuviera revelando un secreto de estado.
"cuando regresaba lo busqué en la cola y no lo ví, voy a ver si está más atrás", decía mientras se alejaba hacia su misión exploratoria. Al poco rato regresó aliviada pues constató que aquel muchacho se hallaba mucho más atrás que nosotros.
Coincidiendo con esta buena noticia, la fila empezó a avanzar, y esta vez sí, hacia adelante.
40 minutos más tarde me encontraba milagrosamente a pocos metros de lograr mi objetivo.
Palpé el bolsillo de mi casaca buscando mi cámara.
"me animaré a pedirle una foto? mmm no sé.." De pronto, un niño de no más de 12 años me hizo un gesto para que lo atendiera,"podría darle mi revista a Nick para que me la firme, por favor?" me pidió en tono bajito y visiblemente nervioso por pedirme ese favor.
"pero es que yo voy a darle Dos!", le respondí intentando zafar.
"por favor..es que ya cortaron la cola", me insistió casi al borde de las lágrimas. Estiré la mano y tomé su revista.
"cómo te llamas?"
"Sebastian", me respondió y contento se fue a contarle a su madre.
Cuando levanté la mirada, ésta se encontraba a un lado, sosteniendo una camara de fotos escuchando atenta a su pequeño hijo.
"pero a quién le va a tomar la foto si la revista la tengo yo??!", pensé.
Sólo quedaban un par de personas para que me tocara, era ahora o nunca, asi que, aprovechando un descuido del encargado tomé a un desconcertado Sebastian del brazo, e hice que se pusiera justo delante mio. Al devolverle su revista, entendió lo que estaba sucediendo.
La felicidad en los ojos de aquel chico, pagó sobradamente la entrada, la cola de más de 2 horas y el dolor de espalda que ya me empezaba a matar.
Finalmente llegó mi turno. La foto con un sonriente Nick (si, si, me animé!) y las 2 firmas solicitadas dieron por terminada una larga espera. Pero, valió la pena.
